Uno de los problemas más comunes de la gestión pública es la falta de coherencia en muchas áreas de la política del gobierno, particularmente en los programas de financiación. Coherencia de las políticas, tal como lo define la OCDE, es la “promoción sistemática de acciones de políticas que se refuerzan mutuamente en todos los departamentos y agencias gubernamentales que crean sinergias para alcanzar los objetivos acordados”. La incoherencia de las políticas puede ser el resultado de una falta de comunicación entre los departamentos, el resultado de prioridades y objetivos conflictivos, e incluso la confusión o entrada en conflicto de políticas bien intencionadas.
Se propone la creación de una oficina de coherencia en el Congreso, esta sería no partidista, con el objetivo de proporcionar un análisis independiente y objetivo a este órgano sobre la coherencia de las políticas gubernamentales.
Esta medida trata de paliar, fundamentalmente, dos errores. Por un lado, el fracaso normativo, ya que, desde la perspectiva de la innovación, el objetivo general de la coherencia de las políticas es asegurar evitar sus consecuencias negativas. Y, desde el punto de vista del mercado, los entornos regulatorios innecesariamente complejos que crean barreras de entrada para nuevas empresas y barreras al crecimiento.
La oficina de coherencia trabajará para identificar los fallos regulatorios en las diferentes políticas que se contradigan entre sí. Por ejemplo, las políticas que crean subsidios agrícolas en los ingredientes que se utilizan para hacer “comida basura” pueden estar en conflicto con las políticas de salud que intentan reducir su consumo. Estas políticas contradictorias no solo confunden a los ciudadanos, sino que también tienen un impacto económico a largo plazo. The New York Times informó sobre un conflicto similar en los Estados Unidos y señaló que “los subsidios dañan la salud de nuestro país y aumentan los costos médicos que, en última instancia, deberán pagarse para tratar los efectos de la epidemia de obesidad”. Y de manera similar se pronunció, en su informe sobre políticas y nutrición, el Comité Permanente de Nutrición de las Naciones Unidas, señalando la necesidad de coherencia dentro de las políticas para garantizar que la política comercial sea apoyar los objetivos nutricionales de un país.
Otro ejemplo de esta necesidad de coherencia política son las políticas que crean subsidios para la industria del combustible fósil: no se pueden mantener políticas para subsidiar dichas industrias y, por otra parte, intentar terminar con el uso de estas.
Al identificar estos fallos regulatorios, esta oficina puede comenzar el proceso de priorizar, coordinar e implementar esfuerzos en la coherencia de políticas. La creación de la oficina de coherencia en el Congreso dependería de la Rama Legislativa del Gobierno (Senado y Cámara de Representantes). En concreto, será un órgano subordinado a la Comisión Administrativa del Congreso de la República y deberá estar adscrito al Ministerio de Hacienda y al Departamento Nacional de Planeación para el asesoramiento técnico en materia de seguimiento y control de la ejecución de los presupuestos generales del Estado.
Sus potenciales beneficios serían, principalmente, identificar políticas conflictivas y reducir los costos asociados a la confusión resultante; y, en segundo lugar, explotar el potencial de repercusiones y consecuencias positivas al abordar posibles sinergias de políticas en todos los niveles de gobierno.
Los principales riesgos de esta oficina serían la falta de apoyo político (no dotándola de recursos suficientes) a pesar de su evidente importancia y la posible interferencia del gobierno (de ahí que se insista en su independencia partidista).