¿Qué proponemos?
Compilación de iniciativas que han promovido la educación para la democracia en espacios formales y no formales con metodologías innovadoras en Bogotá y otras regiones del país. Las iniciativas deben incluir una descripción de lo realizado, tiempo de duración, lecciones aprendidas, tanto positivas como negativas y recursos utilizados.
La presentación de este material se realizará por medio de una plataforma digital y física, configurándose como una plataforma de fácil acceso y entendimiento para cualquier actor de interés. De igual manera, se complementará su producción con contenido audiovisual para generar mayor difusión y entendimiento.
Como producto de este proceso de compilación, se logrará, además, realizar un mapa de actores, iniciativas existentes, dónde se encuentran, con qué recursos cuentan y los principales obstáculos que han enfrentado.
El objetivo de esta publicación, al rescatar y divulgar esas iniciativas, es contribuir a que perduren, se interrelacionen y hagan una reflexión sobre sus respectivas experiencias. Todo contribuye a que los grupos interesados se apropien de estas experiencias.
¿Qué problema(s) trata de solucionar la palanca? (Nivel: nacional, regional, local)
– La falta de información organizada y accesible obstaculiza la formación de un acervo de conocimientos e iniciativas en espacios formales y no formales, duplica esfuerzos y evita que los aprendizajes en el diseño, la ejecución y la evaluación sean insumos para la creación o adaptación de proyectos de educación política en nuevos entornos.
– Los incentivos para la participación democrática en niños, niñas y adolescentes son reducidos. El término democracia dentro de las instituciones educativas se ha configurado únicamente como la participación en el gobierno escolar. Por otra parte, en entornos no escolares hay deficiencias en la información y en la argumentación políticas.
Estos espacios de participación política deberían ser estructuras vivas, que inviten al debate, convoquen y formen políticamente a los niños, niñas y adolescentes. Sin embargo, en estos escenarios, existen barreras tales como las relaciones autoritarias, que llevan a inhibir desde etapas el interés por una democracia real.
– Hay recursos limitados en las instituciones educativas para llevar a cabo proyectos o prácticas extracurriculares que promuevan la participación democrática de la comunidad educativa debido a que no se cuenta con un cuerpo docente suficientemente motivado, ni material o recursos didácticos apropiados.
– No existen mecanismos de comunicación eficientes entre quienes realizan estas iniciativas innovadoras. Se pierde así una buena oportunidad de aprender los unos de los otros.
Diagnóstico/justificación ¿Por qué lo proponemos?
Las instituciones educativas en Colombia cuentan con un gobierno escolar, establecido por mandato constitucional (artículo 68 de la Constitución Política de Colombia de 1991) y reglamentado por el artículo 142 de la Ley 115 del 08 de febrero de 1994[1] y el decreto 1860 del 3 de agosto de 1994[2]. Este mecanismo de participación política busca, desde edades tempranas, promover la formación de valores, el desarrollo de habilidades y asumir responsabilidades.
Se ha demostrado que el impacto del gobierno escolar como mecanismo de participación tiene notables insuficiencias[3]. Es necesario que las instituciones educativas incorporen en sus prácticas la noción de que la política trasciende la dimensión electoral y, por esto, es de vital importancia que la comunidad educativa comprenda de manera vivencial, que los mecanismos de control político, el equilibrio de poderes y su ejercicio cotidiano son también expresiones de la política.
De acuerdo con la Encuesta Internacional de Cívica 2016[4], en Colombia los jóvenes de 14 años confían únicamente en 4 de cada 100 personas, y 73 % de ellos considera que la solución a los problemas del país es una dictadura. Enfrentar este panorama, con la realidad de que en Colombia 51 % de los jóvenes de 15 años no logran extraer la idea central de un párrafo, caracterizándose por tener la capacidad de lectura de un niño de siete años (PISA, 2018), demuestra que es necesario y conveniente replantear las prácticas de la promoción, participación y representación democrática en etapas escolares.
La desconfianza institucional en Colombia también genera preocupación, dado que solo 23 % de los jóvenes consideran que el país es democrático, hay una alta percepción de corrupción en todas las ramas del poder público, los órganos de control y las empresas privadas, como lo revela la encuesta de cultura política del Dane de 2019[5]. En esta misma encuesta vemos cómo los espacios de participación son mínimos dentro de los jóvenes y se concentran en espacios religiosos.
Actores responsables de gestionar/implementar la palanca ¿Quién lo haría?
– Centro Nicanor Restrepo Santamaría
– Fundación Compartir
– Fundación Empresarios por la Educación
– Fundación Barco
– Fundación Corona
– Ministerio de Educación y secretarías de Educación
– Instituto para la Investigación Educativa y el Desarrollo Pedagógico (IDEP)
Para llevar a cabo la apropiación de las iniciativas compiladas se sugiere tener en cuenta sistemas de participación ya existentes; por ejemplo, el gobierno escolar y los sistemas de cultura y de participación juvenil.
Mecanismos de evaluación, rendición de cuentas o mediciones
– Cantidad de proyectos innovadores en formación política que alimentan la plataforma
– Cantidad de actores identificados como gestores y/o ejecutores de esos proyectos
– Número de consultas a la plataforma
– Periodicidad de la actualización de la información en la plataforma
Beneficios esperados de la palanca
– Promover el conocimiento y el intercambio de experiencias de formación política de niños, niñas y adolescentes.
– Apoyar con recursos y transferencia de conocimiento al cuerpo docente para mejorar la calidad de sus intervenciones.
– Fomentar la participación política de niños, niñas y adolescentes, para contribuir en la construcción de una ciudadanía activa.
Costos de la palanca
– Equipo técnico para el levantamiento y la sistematización de la información recogida.
– Conformación de un comité académico encargado de seleccionar las iniciativas.
– Equipo para la diagramación y edición de la publicación digital y física, en formato texto y audiovisual.
– Recursos para el diseño, el montaje y la administración de la plataforma.
– Costos asociados a la difusión de la palanca.
Autores: Lisímaco Parra[1], Alexis de Greiff[2], Rocío Londoño[3], Juan David Díaz[4]