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Educación para la inclusión

La llave maestra

La Red Colombiana para el Servicio Público propone crear una red social para profesores, que les permitirá afrontar, de una manera más eficiente, la virtualidad en términos educativos a causa de la COVID-19.

30 julio 2020

La Red Colombiana para el Servicio Público propone crear una red social para profesores, que les permitirá afrontar, de una manera más eficiente, la virtualidad en términos educativos a causa de la COVID-19.

Atendiendo la urgente necesidad de facilitar herramientas para el proceso de enseñanza virtual y compartir soluciones de manera práctica, esta red social será una plataforma digital de fácil acceso, sencilla, fresca, amigable y agradable, donde, al registrarse, los docentes podrán: 1) conocer y acercarse a herramientas prácticas y útiles en el proceso de enseñanza virtual y 2) compartir e intercambiar experiencias, inquietudes y buenas prácticas de esta modalidad de enseñanza.

La red social cumplirá con su naturaleza abierta a todo público; sin embargo, se priorizará la difusión de la misma entre los docentes en las cinco ciudades principales de Colombia: Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Cartagena. Esto obedece a dos razones: 1) la necesidad de apoyar primordialmente a la mayoría de los maestros del sector público, quienes se concentran en las zonas urbanas, donde se evidencia un aumento anual de 4,16% de conexiones a Internet, facilitando su conectividad[1]; y 2) serán las instituciones educativas en los centros urbanos las que más demorarán en regresar a modalidad educativa presencial para evitar la propagación del virus entre la población escolar.

El objetivo principal que perseguimos es generar comunidades de aprendizaje entre docentes en un espacio agradable, intuitivo y según sus intereses, como sucede en una red social. De esta manera, los maestros podrán fortalecer sus capacidades y habilidades en el desarrollo de clases virtuales (el manejo de las TIC en general) y poder contribuir al fortalecimiento de los procesos de aprendizaje de los estudiantes, no solo durante, sino después de esta pandemia.

Problema se trata de solucionar

El derecho a la educación es un derecho fundamental consagrado en la Constitución Política de Colombia y la sociedad en su conjunto es responsable de velar por su cumplimiento. Con la llegada de la COVID-19 al país, el sector educativo se ha visto enfrentado al reto de transitar hacia modalidades virtuales de enseñanza. Por tanto, la mayoría de contenidos educativos se están transmitiendo a través de medios digitales. Desde niveles educativos iniciales hasta los estudios de posgrado, el cuerpo docente se ha visto en la apremiante necesidad de trabajar de la mano con herramientas tecnológicas, espacios virtuales y medios digitales, los cuales sin duda exigen conocimiento y capacitación.

Sin embargo, un primer problema concreto que se identifica entre el público docente es que:

“Muchos docentes, catalogados hoy de inmigrantes digitales, no saben cómo integrar las TIC de forma que no se conviertan en una herramienta más al servicio de la metodología tradicional. Otros, incluso, no tienen conocimientos técnicos para el manejo de las tecnologías más habituales en las aulas, o simplemente no disponen de información sobre las ventajas que les pueden ofrecer en los procesos educativos. En cualquiera de los casos queda aún mucho camino por recorrer y mucho que trabajar hasta aprovechar esas ventajas que los medios digitales nos pueden ofrecer tanto a nivel de motivación e innovación en el aula, como en su vertiente más formativa y comunicativa”[2].

Además, es clave que estos docentes desarrollen competencias instrumentales tanto para usar software y hardware educativo, pero especialmente para adquirir competencias pedagógicas para aplicar estos medios.

Para el caso colombiano, la realidad no es tan alentadora. Según el Ministerio de Educación, para 2014, existían 139.000 profesores de educación secundaria y media, tan solo 41 % de estos docentes habían adquirido competencias TIC. Así mismo, se identificaron 48.000 docentes en las áreas de lenguaje, matemáticas y ciencias, de los cuales 50 % había adquirido capacitaciones y competencias TIC.[3] Aunque la cifra de alfabetizados no es tan alta, este escenario empeora en el largo plazo, pues una de las razones de que no se obtengan los resultados esperados, es que, a pesar de las múltiples iniciativas que se han generado, no hay seguimiento constante a estos docentes que ya han adquirido competencias TIC, por lo que no se logra consolidar los conocimientos y habilidades adquiridas.[4]

Adicionalmente, otro problema clave a resolver, para fortalecer la enseñanza virtual en Colombia es la existencia de múltiples plataformas con un contenido educativo valioso, pero que se caracterizan por ser poco amigables con las necesidades que hoy tienen los docentes frente a la virtualidad.

A pesar de que existen plataformas digitales a nivel nacional como Colombia Aprende[5] liderada por el Ministerio de Educación Nacional (MEN) y a nivel local; Red Académica[6] liderada por la Secretaría de Educación de Bogotá; ProFuturo[7] por la Secretaría de Educación de Cali; y MOVA[8] por la Secretaría de Educación de Medellín. Estos espacios virtuales son pensados desde la institucionalidad, bajo una perspectiva top-down de la política educativa, del conocimiento y la formación docente. Es decir, cuentan con un contenido priorizado desde la centralidad que es valioso, pero no necesariamente da respuesta a las necesidades y problemáticas que puede tener un maestro para enseñar hoy desde la virtualidad.

Estas plataformas digitales no están diseñadas ni tienen la capacidad de proporcionar un espacio adecuado para la interacción de los maestros, imposibilitando que el conocimiento y las inquietudes entre ellos circule con rapidez. Es decir, no permiten la creación de comunidades de aprendizaje, donde las dudas, las buenas prácticas y las herramientas usadas hoy para la virtualidad puedan ser compartidas.

Adicionalmente, este tipo de plataformas no funcionan de manera integral, es decir, las rutas de acceso para encontrar los recursos no son claras, la información es estática; en otras palabras, está dispuesta de una forma tal que no permite la búsqueda por temas, grados, competencias o áreas del conocimiento; a su vez, la información no está en constante actualización (y menos en términos de tendencias, contenido destacado o más consultado), limitando la espontaneidad de compartir buenas prácticas referentes al quehacer pedagógico.

Finalmente, la realidad es que en estos espacios no hay mucho contenido en pro de la dinamización de las clases virtuales como videos, herramientas interactivas educativas que puedan sugerir a los docentes o incluso actividades básicas para ser desarrolladas en la virtualidad.

En este sentido, las redes sociales, bajo la premisa de la democratización de la participación, posibilitan a cada maestro compartir, buscar e interactuar de la forma que le resulte más conveniente de acuerdo a sus necesidades. Es por ello que, “La Llave Maestra: Red Social para Maestros” es una respuesta para contribuir a la solución de estas problemáticas.

Diagnóstico

Hoy las preocupaciones en el campo educativo mundial, del cual Colombia no escapa, se centran especialmente en la calidad educativa. De acuerdo con el Ministerio de Educación Nacional, la cobertura educativa en Colombia, para 2020, es de 93,06 %[9], evidenciando grandes logros sociales alcanzados en los últimos años. Sin embargo, en indicadores de calidad educativa, donde las pruebas PISA[10] son un referente internacional, al evaluar tres competencias básicas (lectura, matemáticas y ciencias) en 2018, Colombia obtuvo un puntaje promedio general de 406, siendo inferiores al compararnos con otros países latinoamericanos como Chile, que obtuvo un resultado de 438 en estas pruebas. Este resultado es aún más bajo al compararlo con el grupo de países europeos de la OCDE[11], donde el promedio general fue de 488[12].

Disponer de una infraestructura educativa adecuada, alimentación garantizada, actividades extraescolares, conectividad y un amplio portafolio de alianzas con instituciones técnicas y tecnológicas para desarrollar saberes prácticos en los estudiantes son factores valiosos e importantes, para condiciones o estándares mínimos que conduzcan al desarrollo efectivo de las competencias y aprendizajes de los estudiantes[13].

 

Sin embargo, en el centro del debate de la calidad educativa se encuentra el maestro. De acuerdo con un estudio realizado por la Unesco en 2014, se enfatizaba que el pilar fundamental de la calidad educativa son las competencias profesionales docentes, siendo las TIC una de ellas (MEN, 2015). Tener maestros cada vez más cualificados, que cuentan con mayores y mejores herramientas pedagógicas que pueden aplicar en el proceso de enseñanza, es caminar hacia una educación de calidad.

 

De acuerdo con el Ministerio de Educación Nacional (2015), el país cuenta con 139.000 docentes que atienden estudiantes de educación secundaria y media, y solo 58.000 han adquirido competencias TIC, es decir, alrededor de 60% de los maestros del sistema oficial en estos niveles educativos no han sido capacitados ni han desarrollado competencias digitales. A pesar de la infraestructura digital, aún Colombia está en proceso de incorporación de las TIC en la enseñanza, se sabe que, en términos de alfabetización digital, van más rápido los estudiantes que los docentes, lo cual demuestra las limitaciones en la concientización, capacitación y aplicabilidad de las tecnologías al campo de la educación por parte de los docentes[14].

 

Adicionalmente, el MEN en conjunto con el Ministerio de Tecnología, la Información y las Comunicaciones (MinTic) han definido el conjunto de competencias TIC para el desarrollo profesional del docente, clasificando a los docentes en exploradores, integradores o innovadores[15]. Esto, sin duda, es un avance importante frente a los logros esperados en la capacitación docente en procesos de apropiación digital. Sin embargo, no existen estudios recientes que permitan identificar el alcance del desarrollo de estas competencias en los docentes en el país: hoy no es posible conocer con certeza si los docentes del sistema oficial se consideran exploradores[16], integradores[17], o si, por el contrario, pertenecen al grupo de maestros innovadores[18]. Solo un pequeño estudio realizado con noventa maestros que participan de los programas formativos del Centro de Innovación Educativa Regional del Norte, ubicado en el caribe colombiano y adscrito al MEN, revelan su nivel de alcance en las competencias tecnológicas: 41 % se encuentra en nivel explorador, 47 % integrador y solo 12 % en innovador[19].

 

Teniendo en cuenta este panorama del país y la inminente transición en tiempos de pandemia y pospandemia hacia procesos virtuales de enseñanza, es que se precisan estrategias no convencionales para atender a los retos que los maestros se enfrentan a falta de competencias TIC.

 

Es por ello que las redes sociales se convierten en un excelente medio para cerrar en menor tiempo estas brechas de aprendizaje de los maestros, pues se estructuran bajo una perspectiva bottom-up, donde el poder es entregado a los usuarios (en este caso a los maestros), en tanto se crean comunidades de aprendizaje de acuerdo a sus necesidades e intereses. Democratizar el conocimiento y su circulación en tiempo real, aprender de experiencias virtuales de aprendizaje ya implementadas, permitiendo respuestas de manera colaborativa a inquietudes puntuales, con un contenido accesible y organizado de manera sencilla según las demandas de los usuarios. Esto implica alivianar las preocupaciones para los maestros, quienes, además de estar pensando en cómo continuar la formación de sus estudiantes en la virtualidad, deben poder aplicar y saber usar de manera práctica herramientas TIC para poder cumplir su labor formativa y ser el apoyo de miles de niños y niñas que desean y deben continuar sus procesos de aprendizaje.

Actores responsables de la implementación

Para esta palanca, a continuación, se mencionan los actores responsables de acuerdo a la necesidad de operativizar su implementación:

1. Financiación para la creación de plataforma: un privado o una alianza de un privado con una organización del tercer sector. Por ejemplo: Empresarios por la Educación (Fundación ExE).

2. Creación de contenido, administración y mantenimiento: una ONG, caja de compensación o universidad, o una alianza multisectorial. Por ejemplo, la Universidad de Los Andes + Comfama + Todos por la Educación.

3. Financiación durante la operación de la red social: pauta de empresas de software sobre herramientas educativas.

4. Difusión de la red social: alianza con la institucionalidad del sector educativo, es decir MEN, secretarías de las ciudades capitales priorizadas. Adicionalmente, se haría uso de redes sociales existentes como Facebook y Twitter para dar a conocer esta plataforma y para su lanzamiento, se realizaría un evento convocando a secretarios/as de Educación, representantes docentes, rectores, etc.

Mecanismos de evaluación

Existen varias formas en las que se puede medir esta propuesta:

• Número de usuarios docentes inscritos
• Número de actividades y metodologías compartidas
• Calificación de la plataforma por parte de los profesores
• Número de recursos descargados
• Tráfico de datos
• Indicador de calidad educativa en los docentes (calificación en las competencias TIC)

Beneficios esperados

Dado que la plataforma está dirigida a maestros de las ciudades principales que deseen mejorar sus habilidades profesionales y llevar información de vanguardia a las clases virtuales, lo que se espera es que este espacio virtual incida de manera positiva en el incremento de la calidad educativa del país.

Lo anterior va de la mano con la premisa de que estas herramientas servirán no solo durante, sino después de la contingencia por la COVID-19. El objetivo de esta palanca está orientado a que, a través de un efecto cascada, por medio de la actualización, interacción y capacitación de los maestros, su práctica pedagógica mejore. Para generar que las dinámicas de clase permitan la construcción de conocimiento, dando paso a que el estudiante tenga aprendizaje significativo, lo cual, finalmente, se espera repercuta en los resultados que miden la calidad educativa.

Más puntualmente, y para lograr lo anteriormente mencionado, la palanca apunta a que los maestros que no tienen muchos conocimientos o habilidades tecnológicas las adquieran. Además, como se ha mencionado a lo largo del documento, el hecho de que se puedan compartir buenas prácticas entre los docentes conlleva a la dinamización de las clases que en la actualidad se dictan de manera virtual o remota; lo cual facilita la continuidad de un proceso de enseñanza-aprendizaje eficiente entre el educador y el estudiante.

En este orden de ideas, los actores que se verían beneficiados (directa o indirectamente) serían los siguientes:

Educadores (directo)

Actualización continua

Información pertinente para enriquecer la práctica pedagógica

Posibilidad de generar una red de maestros (construcción de conocimiento colectivo)

Buenas prácticas centralizadas (circulación del conocimiento)

Recursos didácticos al alcance de un clic

Estudiantes (indirecto)

Continuidad de procesos de aprendizaje

Aprendizaje significativo (más allá de lo memorístico)

Motivación en pro del aprendizaje remoto/virtual

Sistema de educación nacional (indirecto)

Operatividad educativa de forma práctica y vivencial durante la pandemia

Mejora de la calidad educativa

Mejores resultados a nivel nacional (pruebas Saber 11, PISA, etc.)

Costos

Para la operatividad la implementación de la palanca es preciso tener en cuenta los siguientes costos:

-Creación de la plataforma (Ingenieros de sistemas, diseñadores, comunicadores)

-Diseño de contenido base de la red social

-Difusión de la red (lanzamiento)

-Soporte logístico

-Mantenimiento de la red social

Otros aspectos

Desde la Red Colombiana para el Servicio Público se propone tener en cuenta dos plataformas digitales que existen hoy en día: PazAtuIdea[19] y TeacherTube[20]. Estas nos permiten tener una idea inicial de lo que proponemos en esta palanca.

Dada la existencia desagregada de plataformas digitales, se sugiere que Llave Maestra incluya ese contenido, siendo su valor agregado la interacción entre docentes y una curaduría de lo existente para compartirlo de manera organizada, identificando vacíos y centrando esfuerzos para que los mismos docentes puedan aportar material nuevo con actividades y recursos educativos como videos, guías, etc. De esta manera, se incluyen como aliados a Mova, MEN, Profuturo, etc.

Autores: Isabella Lopera, Luisa Gómez, Manuel Alejandro Guevara, Carlos González, Catalina Roa, Carolina Llanos, Paola Muñoz y Sara María Cálad Patiño


[1] PNUD (2018). ODS en Colombia: los retos para 2030. Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, pp. 41.
[2] Ana Belén Mirete Ruiz (2010). Formación docente en tics. ¿están los docentes preparados para la (r)evolución tic? International Journal of Developmental and Educational Psychology, Vol. 4, núm. 1, 2010, pp. 35-44.
[3] Colombia Aprende (2015). La innovación educativa en Colombia. Buenas Prácticas para la Innovación y las TIC en educación. Ministerio de Educación Nacional, pp. 16.
[4] Senado de la República de Colombia (2014). Proyecto de Ley de alfabetización digital, 2014. Centro de Estudios en Libertad de Expresión y Acceso a la Información (CELE), 31.
[5] http://aprende.colombiaaprende.edu.co/cainicio
[6] https://www.redacademica.edu.co/
[7] https://solution.profuturo.education/login
[8] https://medellin.edu.co/mova
[9] Ministerio de Educación Nacional (2020). Indicador nivel de gestión. Proceso de cobertura.
[10] Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos.
[11] Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos.
[12] ANIF (2020). Educación en Colombia: avances en cobertura y desafíos en calidad. La República.
[13] Colombia Aprende (2015). La innovación educativa en Colombia. Buenas prácticas para la innovación y las TIC en educación. Ministerio de Educación Nacional, pp. 14.
[14] Alba Leddy Feo Campos (2019). Alfabetización digital de los docentes y su relación con el proceso de enseñanza de la institución educativa Los pequeños pitufos de la ciudad de Ibagué, Colombia. Universidad Norbert Wiener.
[15] Colombia Aprende (2013). Competencias TIC para el desarrollo profesional docente. Ministerio de Educación Nacional, pp. 36.
[16]  Reconoce algunas herramientas tecnológicas y a veces logra integrarlas a la práctica educativa.
[16]  Integran las TIC en el diseño curricular y la gestión escolar de manera permanente.
[17] Aplican el conocimiento de una amplia variedad de tecnologías en el diseño de ambientes de aprendizaje innovadores y plantea soluciones a problemas identificados en el contexto
[18] Colombia Aprende (2015). La innovación educativa en Colombia. Buenas prácticas para la innovación y las TIC en educación. Ministerio de Educación Nacional, pp. 96.
[19] https://pazatuidea.org/wordpress/
[20] https://www.teachertube.com/