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Terra da fraternidade: Mário Soares y Felipe González

Con motivo del 50º aniversario de la Revolución de los Claveles, presentamos una nueva proyecto de colaboración entre la Fundación Mário Soares y la Fundación Felipe González.

Este 25 de abril Portugal conmemora el 50 aniversario del inicio de la Revolución de los Claveles. Ese mismo día de 1974, los militares del Movimento das Forças Armadas (MFA) se movilizaron al escuchar la icónica canción de Zeca Afonso, “Grândola, Vila Morena”, iniciando el golpe de estado que derrocó a Marcelo Caetano y al régimen dictatorial portugués, el Estado Novo, sin apenas derramamiento de sangre. Los militares portugueses ponían fin así a casi cincuenta años de dictadura.

Este fue un acontecimiento de enorme trascendencia para Portugal, pero también tuvo una gran repercusión más allá de sus fronteras. El derrocamiento del Estado Novo inició una secuencia en el sur de Europa que el politólogo Samuel Huntington categorizó como la tercera ola de democratización. Al Portugal salazarista le siguieron poco después la Grecia de los coroneles y la España de Franco. Además, el derrocamiento de la dictadura portuguesa abrió la puerta a la descolonización de Angola, Mozambique, Guinea Bissau y Santo Tomé y Príncipe. La Revolución incluso puso a prueba el proceso de distensión entre los dos bloques de la Guerra Fría, al coincidir con la Conferencia sobre la Seguridad y la Cooperación en Europa y la firma del acta final de Helsinki.

Los acontecimientos acaecidos en Portugal entre abril de 1974 y noviembre de 1975 también tuvieron repercusiones para la socialdemocracia europea. Durante ese año y medio, aproximadamente, Portugal fue un laboratorio para las izquierdas europeas, del cual algunas tendencias salieron reforzadas y otras debilitadas o invalidadas.

"Este fue un acontecimiento de enorme trascendencia para Portugal, pero también tuvo una gran repercusión más allá de sus fronteras".

Como han demostrado varios historiadores en las últimas décadas, los socialdemócratas y socialistas de Europa occidental se involucraron mucho en Portugal. Lo hicieron a través de diversos canales, entre los cuales el más importante era el Partido Socialista portugués (PS) liderado por Mário Soares, al cual proporcionaron apoyo económico, político, diplomático y técnico. Lo hicieron principalmente con tres objetivos: promover el establecimiento de un sistema democrático de corte occidental en Portugal, preservar la distensión internacional y contener el avance de los partidos comunistas en la Europa meridional.

Pero los partidos de la izquierda democrática europea también pretendían proponer y validar en el país luso sus propias concepciones de lo que era el socialismo democrático, las cuales no siempre coincidían. En el contexto de principios de los setenta, en el que la izquierda radical y el comunismo parecían avanzar internacionalmente, la familia socialdemócrata trató de demostrar que el socialismo democrático era una alternativa creíble y transformadora. Cada partido europeo hizo frente al desafío planteado por la izquierda radical de manera diferente, lo que se reflejó en las diferentes actitudes y estrategias que adoptaron en Portugal.

"El más importante era el Partido Socialista portugués (PS) liderado por Mário Soares".

A grandes rasgos, a Portugal y al PS se le propusieron tres modelos: el modelo socialdemócrata moderado de los alemanes del SPD; el modelo de socialismo autogestionario francés, que preconizaba la unión entre socialistas y comunistas como medio para avanzar hacia el socialismo democrático; y el modelo de la socialdemocracia sueca, el cual suponía una especie de tercera vía entre los dos anteriores y que se caracterizaba por el desarrollo del movimiento cooperativo.

Los socialistas portugueses se beneficiaron del apoyo europeo y fueron influidos por sus colegas del continente. Pero no fueron unos receptores de influencias pasivos, sino que tomaron de cada uno de estos modelos lo que les pareció más útil en las diferentes fases de la revolución. Lo que es igualmente interesante, y a menudo pasado por alto, es que la Revolución de los Claveles fue una experiencia que influyó en el desarrollo posterior de la socialdemocracia europea. Los acontecimientos en Portugal, y la manera en la que el PS actuó durante la Revolución e inmediatamente después, contribuyeron a invalidar algunos de los proyectos y estrategias diseñados por los socialistas/socialdemócratas europeos a principios de la década de 1970. Por ejemplo, la construcción de una variedad de socialismo democrático anticapitalista, la estrategia de la unión de la izquierda propuesta por los socialistas franceses, o la autogestión como manera de ampliar el significado de la democracia. La documentación de los archivos históricos del Partido Socialista francés y del Partido Socialdemócrata sueco muestra que ambos grupos fueron conscientes de lo difícil que era exportar sus modelos a un país con características y cultura diferentes. Obviamente, la experiencia de la Revolución portuguesa no fue determinante en el desarrollo ulterior de la socialdemocracia europea, pero no cabe duda de que contribuyó a deslegitimar estos proyectos poco después de que fueran propuestos en Europa occidental.

Aún así, el respaldo de los socialdemócratas europeos resultó fundamental para el establecimiento de la democracia en Portugal, favoreciendo que el PS desempeñara un papel esencial en este proceso. Esta colaboración transnacional constituyó un caso excepcional que merece ser recordado y estudiado, entre otros motivos porque esta experiencia proporcionaría lecciones valiosas para los europeos al enfrentarse a la transición democrática en España. Además, tendría un impacto significativo para la izquierda española, aunque esa ya es otra historia. La Revolución de los Claveles se celebra hoy en Portugal, pero tendríamos que recordar que también fue un acontecimiento profundamente europeo con importantes repercusiones internacionales.

"La Revolución de los Claveles fue una experiencia que influyó en el desarrollo posterior de la socialdemocracia europea."

Conocer la Revolución y parte de su legado, su relevancia para la izquierda europea y su impacto en España será a partir de ahora más fácil gracias a una iniciativa conjunta de la Fundación Felipe González y de la Fundación Mário Soares y Maria Barroso. Con motivo del 50 aniversario de la Revolución de los Claveles ambas fundaciones han elaborado una colección que recopila documentos que muestran la estrecha relación que Felipe González y Mário Soares cultivaron desde la década de 1970 hasta la muerte del mandatario luso en 2017. Terra da Fraternidade: Mário Soares y Felipe González ofrece una ventana para profundizar en el conocimeinto de nuestro pasado y comprender mejor de nuestro presente.

Alan Granadino